2. Concentración:
Como decía Valentín, debemos lograr la ausencia de tiempo. En esta parte encajaría bastante bien todo el proceso que expliqué antes de la búsqueda de ideas, así que no voy a repetirme demasiado en eso, y sí voy a daros algunos consejos de trabajo. En cualquier web de rendimiento seguro que encontráis más consejos y mucho más útiles:
- Buscad un lugar en el que nadie pueda interrumpiros y, a ser posible, que vuestra mente no asocie con ideas estresantes (como el trabajo).
- Si usáis ordenador desconectad Internet. Si lo necesitáis para buscar alguna cosa, utilizad un navegador distinto que no asociéis con páginas que puedan entreteneros.
- Intentad que vuestro lugar de concentración esté ordenado. La mente se agobia si tenéis el escritorio hecho un asco (os lo digo por experiencia propia :P).
- Si no conseguís concentraros, puede que algo falle en vuestro entorno. Como seguramente hayáis escogido vuestra habitación (no todo el mundo puede ir al campo a escribir, aunque lo ideal muchas veces es salir de casa), así que reordenadla, limpiad el polvo y convertidla en un sitio nuevo.
- Muchas veces el cuerpo y la mente están en sintonía. Si os sentís embotados, puede que necesitéis hacer ejercicio. A mí me funciona (cuando lo hago :P). Si podéis hacerlo en contacto con la naturaleza, ya sería perfecto.
3. Gimnasia creativa
Valentín nos insistía en que la creatividad se ejercitaba. Quizás yo hubiera puesto este paso antes de la «Concentración», pero seamos realistas: al final las fases se entremezclan entre sí, las ideas se cruzan unas con otras, y nuestra mente no funciona a plazos, sino que a cada momento le apetece o necesita hacer cosas distintas. Este matiz, que ya nos señaló Valentín en el Encierro, es importantísimo. Hay mucha gente que trata de seguir una serie de reglas al pie de la letra, y muchas veces lo está haciendo a «contrapelo» de su propio cerebro consiguiendo precisamente el efecto contrario.
En cualquier caso, es cierto que hay algunos ejercicios que nos ayudarán mucho. Valentín nos habló del Brainstorming y los Mind Map, pero ambos merecen un artículo independiente, así que no voy a entretenerme y os dejo que los investiguéis por vuestra cuenta.
Lo que sí me gustaría decir, a cuento de la tormenta de ideas, es que si algo aprendí en el III Encierro en las Cumbres es que el proceso creativo no tiene por qué ser un trabajo individual. De hecho, por lo general, a nivel profesional se trabaja en equipos creativos. Recordemos que somos cazadores de ideas, y al ser humano siempre se le ha dado mejor cazar en manada, así que intentad rodearos de otros creativos y trabajad juntos. Eso sí: debemos saber trabajar en equipo para no estorbarnos unos a otros y no terminar perjudicando la cacería.
Otros trucos pueden ser contarle tu historia a un amigo que quiera escucharla (sí, tiene que ser un amigo, porque hasta que no la tengáis terminada vais a dejarle la cabeza como un bombo con vuestras retahílas e incoherencias). Al escucharos a vosotros mismos, además, se os ocurrirán tramas en las que antes no habíais pensado y descubriréis que algunas de las situaciones planteadas suenan estúpidas. Si además de amigo es bueno, os hará preguntas incómodas, e incluso os dará su más sincera opinión.