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Los tiempos cambian y las necesidades también, el mundo de los videojuegos se impuso en salones recreativos, hoy y desde hace bastante tiempo tenemos la gran suerte de poder comprar consolas y no tener que pagar tras ver la pantalla de “Game Over”.

El cambio llega ahora a los videojuegos, hasta ahora ibas a la tienda a comprarlo, te lo pasabas, lo metías en su caja y lo vendías o lo metías en un cajón junto a la colección, y ahí se quedaba.

Los juegos comprados digitalmente no se deterioran, no ocupan espacio físico y tienden a rejugarse más a menudo ya que permanecen para siempre en tu biblioteca virtual.

Además, Nintendo 3DS es una consola portátil, ¿qué es eso de salir con ella fuera de casa y sólo tener un juego?
Si te gusta tener toda tu música en el móvil, también te gustará tener todos tus juegos en la tarjeta SD de Nintendo 3DS… eso es así, las cajas son innecesarias y los manuales ya se integran en los propios videojuegos.

Primero rompes la magia y el protocolo de ir a tu tienda, reservar el juego y esperar impaciente a que te llamen dos días antes de su lanzamiento oficial para poder comprarlo, cosa que con el formato digital no pasaría ya que los lanzamientos los controlaría la distribuidora a través de eShop.

Segunda parte es que se pierde el afán coleccionista, ¿donde quedan ediciones de coleccionista como la caja dorada del Zelda o esa estantería llena de juegos con sus cajas?

Tercer punto interesante puede ser la posibilidad de que con este movimiento 3DS quede expuesta a la piratería y nos veamos con juegos cada vez peores y con muchos DLC de pago.

Y finalmente el precio, por lo que viene siendo costumbre en el mundillo de consolas, no te hablo de tu adorado Steam, sino de Xbox/PlayStation los precios de la versión digital y física son muy parecidos, por no decir iguales y para eso mantengo mi espiritu de coleccionista.